A pesar de tener 16 millones de hectáreas aptas para sembrar maíz, Colombia importó 6,5 millones de toneladas en 2022

A pesar de tener 16 millones de hectáreas aptas para sembrar maíz, Colombia importó 6,5 millones de toneladas en 2022
A pesar de tener 16 millones de hectáreas aptas para sembrar maíz, Colombia importó 6,5 millones de toneladas en 2022

Desde antes de la Conquista española, el maíz ha sido un ingrediente esencial en la cocina de esta región del planeta, al ser utilizado en una variedad de platos tradicionales como las arepas, los tamales y las empanadas.

Los Muiscas utilizaban el maíz como alimento básico y como base de su cultura y tradiciones. Este y otros grupos indígenas dieron a conocer este ingrediente —y los platos que podían prepararse con él— a los españoles, y con el tiempo el maíz entró a hacer parte de la gastronomía europea.

Desde hace décadas, el maíz es un componente fundamental en la alimentación del ganado y de las gallinas, con lo que resulta clave para la producción de leche y de carne de res y pollo.

Un cultivo altamente extendido en Colombia

En la dieta de los colombianos el maíz representa el 9% del suministro diario de energía, de acuerdo con Fenalce.

Con presencia en 21 de los 32 departamentos del país, el maíz juega un papel fundamental en la alimentación de la población y en la economía nacional. Tan es así, que es el tercer cultivo con mayor superficie de siembra, superado únicamente por el arroz y el café.

Aun cuando su producción se extiende a lo largo del país, podría ser mayor. Según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA), Colombia tiene una frontera agrícola de 39,2 millones de hectáreas de frontera agrícola. Aunque 16,1 millones de estas hectáreas tienen potencial para el maíz, solo se siembran 5,3 millones con este cultivo.

En 2022 se cultivaron 462.625 hectáreas de maíz que produjeron 1.921.177 toneladas del cereal

En Colombia coexisten formas tecnificadas y tradicionales de producción. Las primeras se caracterizan por ser monocultivos mayores a 5 hectáreas que utilizan maquinaria, semillas modificadas, fertilizantes y pesticidas. Las segundas son pequeñas plantaciones de semillas nativas que se trabajan con azadón y chuzo.

Esto ha llevado a que la producción de maíz en Colombia tenga menores índices de productividad que otros países. Muestra de ello es que, en 2016, el rendimiento en Estados Unidos llegaba a 11 toneladas por hectárea (t/h), en Brasil a 5,6 t/h y en Colombia a 3,6 t/h (Fenalce).

Colombia es el mayor importador de maíz en Sudamérica

Actualmente, la producción nacional satisface apenas el 21% del consumo de maíz en el país. En 2022 se importaron 6.498.292 toneladas (6.119.648 de maíz amarillo y 378.644 de maíz blanco).

Colombia se encuentra entre los principales importadores de maíz de Sudamérica y del mundo. Estados Unidos es el principal proveedor de maíz para el país. De maíz blanco el 100% de las importaciones en 2022 provinieron de este pais y de maiz amarillo el 45%, segun Fenalce.

Esta dependencia de las importaciones de maíz tiene varias implicaciones para la economía colombiana. Por una parte, existe la preocupación de los productores locales sobre la competencia con los productos estadounidenses, que pueden llegar a precios más bajos debido a la escala de producción y a los subsidios agrícolas que reciben los agricultores del país del norte.

Esta preocupación se ve agravada por la próxima desgravación completa del maíz en el marco del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Según este acuerdo comercial, Colombia está obligada a reducir gradualmente los aranceles sobre las importaciones de maíz, y en 2024 serán eliminados por completo.

Esto ha generado inquietud entre los productores locales, ya que temen que la desgravación completa del maíz resulte en una avalancha de importaciones que ponga en peligro la viabilidad de sus negocios.

Por otra parte, el maíz juega un papel clave en la seguridad alimentaria del país, por su importancia como materia prima en la producción pecuaria. De ahí que resulte de especial interés garantizar un suministro estable con producción local y reducir la dependencia de las importaciones.

Tomado: Más Colombia

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