- octubre 12, 2022
De la inflación a la política monetaria: las causas del parón en el comercio internacional que se prevé para 2023
La Organización Internacional del Comercio (OMC) pronostica que el comercio internacional sufrirá una importante desaceleración en 2023. Si bien calcula que al cierre de 2022 el comercio mundial crecerá un 3,5% (pese a que en un principio se esperaba un 3%), para el año siguiente, 2023, esa previsión bajará hasta el 1%.
“Los responsables políticos deben encontrar el equilibrio entre combatir la inflación, mantener el pleno empleo y promover importantes objetivos políticos como la transición hacia las energías limpias”, ha asegurado la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, sobre el frenazo en el comercio internacional que se prevé para 2023.
La causa de este frenazo en el comercio internacional para 2023 tiene que ver con la desaceleración en el crecimiento en las principales economías, por diferentes razones. Eso sí, hay que distinguir los diferentes motivos por continentes o regiones.
Los elevados precios en Europa que afectan al comercio internacional
En el caso del continente europeo, el frenazo en el crecimiento tiene que ver con los elevados precios de la energía, agravados por la invasión de Rusia en Ucrania.
Desde el segundo semestre de 2021 se ha estado produciendo una fuerte subida de los precios de la energía en la UE y en todo el mundo, según los datos recogidos por la Comisión Europea, que termina afectando al comercio internacional para 2023. Era un repunte esperado por los países comunitarios debido al final de la pandemia y la vuelta a la normalidad. Sin embargo, lejos de relajarse, han seguido aumentando “más de lo previsto”.
Los últimos datos de agosto de 2022 apuntan a que los precios de la energía registraron un aumento interanual del 78%, impulsado por el gas natural, que había aumentado un 250%.
Concretamente, en España, la factura eléctrica del usuario medio subió un 70% en agosto, siendo el mes de agosto más caro de la historia, según FACUA.
Pero al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, las causas sobre las previsiones del comercio internacional para 2023 tienen que ver más con la política monetaria que ha adoptado el país para hacer frente a la subida de precios. La Reserva Federal de EEUU subió la tasa de interés en una horquilla de entre el 3% y el 3,25%, siendo su nivel más alto de los últimos 14 años.
Este endurecimiento de la política monetaria afecta, según alerta la OMC, al gasto en vivienda, el sector del automóvil y la inversión fija.
Además, en el continente americano también se siente la presión de los precios del gas natural. En agosto de 2022, según la OMC, los precios en los Estados Unidos se incrementaron un 120%, pero se mantuvieron muy por debajo de los niveles europeos.
La guerra, un peligro para la ya frágil recuperación del comercio
La OMC ya alertó el pasado abril que la invasión de Rusia a Ucrania frenaría la recuperación, ya de por sí frágil por la pandemia, del comercio internacional para 2023.
La organización detallaba que tanto Rusia como Ucrania eran importantes proveedores dentro del comercio internacional de bienes esenciales como alimentos, energía o abono. Era el momento en el que, además, ya se empezaba a interrumpir el envío de cereales a través de los puertos del mar Negro, lo que ponía en serio peligro la seguridad alimentaria de, sobre todo, los países en vías de desarrollo.
También, en el caso de Rusia, las sanciones occidentales impuestas tanto a particulares como a empresas tuvieron un fuerte efecto en el comercio internacional. El peso del país en el comercio internacional antes de la invasión era considerable. En 2021, sus importaciones se valoraron en 74.000 millones de dólares EE.UU. y sus exportaciones ascendieron a 55.000 millones de dólares.
Con esas cifras, Rusia ocupaba el 24º puesto entre los exportadores de servicios (el 13º excluido el comercio interno de la UE) en el comercio internacional.
Rebaja del crecimiento mundial
Según la previsión de la OMC, el PIB mundial crecerá en 2022 un 2,8% y en 2023 un 2,3%, arrastrado por las malas previsiones del comercio internacional. El último dato, el correspondiente a 2023, es un punto porcentual inferior al que inicialmente había pronosticado la organización.
Concretamente, en el caso de España, según los datos de previsiones del Banco de España, se espera un estancamiento del crecimiento del PIB en la segunda mitad de 2022 y en el primer trimestre de 2023, por culpa del contexto de tasas de inflación elevadas y persistentes.
Los motivos que esgrime el Banco de España es que se espera una ralentización de la actividad económica, tanto nacional como europea y global. Las causas son la inflación, la incertidumbre, la crisis energética, el endurecimiento de las condiciones financieras, etc.
Tomado: portal Neutral