• noviembre 3, 2022

Zonas francas: reflexiones en la recta final de la reforma tributaria

Zonas francas: reflexiones en la recta final de la reforma tributaria

En Colombia, las 122 zonas francas existentes a lo largo y ancho del territorio nacional han sido aliadas fundamentales en el desarrollo económico, social y ambiental del país, atrayendo importantes inversiones a las regiones, muchas de las cuales han visto en estos proyectos su única oportunidad de ofrecer empleo de calidad, progreso, industrialización y profesionalización para su población.

Los empresarios colombianos y extranjeros han confiado es este mecanismo, decidiendo establecerse en Colombia con inversiones que superan los $45.7 billones de pesos acumulados a diciembre de 2021 y acogen a 1.009 empresas que han generado 147.000 empleos directos y formales. De este total, el 90% corresponde a Mipymes que operan en 21 de los 32 departamentos.

En diferentes instancias hemos socializado acerca de las bondades del régimen franco como parte de la política anticíclica que potencie la competitividad de nuestras empresas en el contexto internacional, y hemos manifestado nuestro apoyo a las decisiones gubernamentales de incrementar y diversificar las exportaciones colombianas, entendiendo que el comercio exterior supone el intercambio de bienes y servicios en doble vía, con miras a abrirnos empresarialmente al mundo como socios interesantes para los países con los que deseamos establecer relaciones comerciales. Pero también entendemos que se trata de un reto que supone generar confianza recíproca con los mercados del mundo, preparando a nuestras pequeñas y medianas empresas para competir en condiciones de igualdad en el contexto mundial. Para ello, los planes de internacionalización deben estructurarse considerando las particularidades de cada sector, la experiencia exportadora de la empresa, su ubicación geográfica, su conectividad con los países de destino y demás características, que realmente hagan viable y sostenible un crecimiento en las exportaciones.

El Gobierno ha compartido muchas de nuestras realidades, aceptando suprimir del texto de la ponencia para segundo debate, los umbrales de ventas al territorio aduanero nacional y la pérdida de calificación como usuario de zona franca, como consecuencia de su incumplimiento. Así mismo, incluyó sectores adicionales en las excepciones como puertos, refinerías, biocombustibles y servicios de logística, lo cual nos permite avanzar en la consolidación de programas que beneficien al país.

Sin embargo, el texto para consideración en plenarias plantea tres temas importantes que requieren ser ajustados. Primero, el periodo de la transitoriedad debe corresponder a la realidad empresarial de manera que en el lapso de transición se puedan estructurar planes de internacionalización que respondan al reto de abrir nuevos canales de distribución y de esta forma ampliar la inserción de estas empresas en los mercados y por ende ampliar su participación o entrar al negocio exportador. Hemos planteado dos años para estos efectos, tiempo apenas suficiente para avanzar como exportadores.

Segundo, el parágrafo 6 establece un proceso de negociación con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para la fijación de topes máximos de operaciones con el territorio aduanero nacional. La redacción da a entender que este proceso se limita a los años 2023 y 2024, por lo que aquellos usuarios que se califiquen después del año 2025, estarían atados a la tarifa de renta del 35% sin la posibilidad de establecer planes de internacionalización, ni de ventas. En ese sentido, también es necesario reconocer que la consecuencia de la aplicación exclusiva de la tarifa de renta del 35% no está exclusivamente en manos del sector empresarial y que esta debe limitarse al año gravable correspondiente.

Y tercero, en el parágrafo 5 no están contemplados los usuarios industriales de servicios de salud ubicados en las zonas francas permanentes y permanentes especiales, así como las generadoras de energía y los data centers. Igualmente, están pendientes de incluirse las empresas que, aunque no tienen vocación exportadora por la naturaleza de su operación, son fundamentales para la mejora de la competitividad del comercio exterior o son de importancia estratégica para Colombia y, por ende, es fundamental que mantengan la tarifa diferencial de renta en atención a su naturaleza y su relevancia para el cumplimiento de los objetivos de reindustrialización e internacionalización; así como por su alto impacto económico, social y ambiental.

El sector de las zonas francas es consciente de la importancia de la internacionalización de la economía colombiana y está convencido de que, con un trabajo conjunto, estructurado y gradual en la promoción de la internacionalización del país y la diversificación de la oferta exportadora de bienes y servicios, las zonas francas continuarán siendo ejes fundamentales para el desarrollo de la política de industrialización de Colombia y la consolidación de cadenas regionales y globales de valor. Tomado: El Tiempo

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