- enero 30, 2023
Cómo los puertos pueden mejorar su resiliencia e impulsar la competitividad
Construir una operación resiliente dejó de ser una ventaja y pasó a ser una necesidad. Los puertos aprendieron esta lección durante la pandemia de Covid-19 y se dieron cuenta de que la resiliencia no es solo para situaciones a demanda que requieren acción inmediata, sino que debe ser parte de una estrategia de negocios y modelo operacional. Pero el ‘cómo hacerlo’ se ha convertido en un desafío, ya que hay muchos aspectos a considerar. Eso es precisamente lo que el documento “Guía de riesgo y resiliencia para puertos: un proceso estructurado para definir e inventariar el riesgo, gestionar stakeholders, y construir un modelo operacional resiliente”, publicado por la Asociación Internacional de Puertos y Bahías IAPH –y al cual MundoMaritimo accedió de manera exclusiva—que busca entregar un marco para priorizar acciones y diseñar estrategias a medida para cada puerto y sus necesidades específicas.
Definir, inventariar y gestionar el riesgo
Según el texto, el primer paso es tomar distancia y evaluar la probabilidad de ciertos desenlaces y sus respectivos impactos. Luego, es importante considerar la impredecibilidad de algunas situaciones, y estar preparado para diseñar medidas de prevención, mitigación y respuesta según probabilidad baja/mediana/alta e impacto bajo/mediano/alto. Por supuesto, el escenario de baja probabilidad-alto impacto es el más catastrófico y menos considerado dentro de las estrategias de resiliencia porque es tan infrecuente e insólito o su impacto es tan terrible que nadie piensa en prevenir, mitigar y responder a estas situaciones. Covid-19 fue uno de estos extraños casos.
El documento sugiere siete factores que pueden desencadenar disrupciones portuarias: económico, ambiental, humano, de acceso, redes, tecnológico y organizacional, los cuales deben ser identificados dentro del ambiente y realidad de cada puerto. Solo cuando estos factores han sido claramente inventariados puede haber un camino para la gestión del riesgo. Sin embargo, “los riesgos siempre se presentan dentro de un determinado contexto y debemos estar conscientes de ello: ‘si has visto un puerto, solo has visto un puerto’”, advierte la lectura.
Además, el riesgo debe ser evaluado considerando factores internos y externos, junto con estar orientado hacia el foco de la solución, sea operacional o económico, dependiendo de la naturaleza del modelo de negocios del puerto.
Construyendo resiliencia
“Se describe la resiliencia como la capacidad de reincorporarse luego de un evento disruptivo. Se usa en una variedad de contextos: desde la psicología pediátrica hasta el ejército. Mientras que pueda ser percibida como una palabra de moda por algunos, lo cierto es que es una característica importante de los individuos y organizaciones del mundo actual y su rápida evolución”, dice el documento. Por lo tanto, en el negocio portuario, construir un modelo operacional resiliente incluye un plan y un plan de respaldo. “Las acciones de mitigación resultarán, por tanto, en opciones que van desde eliminar hasta aceptar el riesgo y si hacer o no uso de las oportunidades que incluyen”, lee la guía de IAPH. Aceptar el riesgo como parte de la estrategia implica revisión constante de los riesgos y amenazas, los cuales cambian a medida que los contextos varían.
Resiliencia y, más específicamente resiliencia portuaria, va más allá de recuperarse de un evento disruptivo. La resiliencia portuaria incluye la capacidad de sobrellevar las tormentas, pero también capitalizar en las oportunidades que esas disrupciones presentan, construyendo nuevas estrategias, adaptándose, evolucionando, volviéndose así más competitivos. Tomado : portal MundoMaritimo