- febrero 13, 2023
¿Cómo convertir al transporte marítimo en una industria más sostenible?
Desde el retail hasta la fabricación, el mundo empresarial enfocado en el consumidor enfrenta desafíos de sostenibilidad, especialmente a medida que la crisis del cambio climático se vuelve más pronunciada. La industria del transporte marítimo y de carga internacional contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Shipping and Freight Resource (SFR) analizó cómo se proyecta este año para el sector en materia de emisiones.
Para SFR los consumidores y las organizaciones están más preocupados que nunca por el estado del medio ambiente, ya que los efectos adversos del cambio climático comienzan a ser cada vez más notorios. El derretimiento de los glaciares, el aumento del nivel del mar y la temperatura global, los desastres naturales graves y las sequías prolongadas son solo algunos de los signos de que se está produciendo el cambio climático.
Si bien varias industrias en la economía están haciendo todo lo posible para reducir su huella de carbono, el sector del transporte marítimo y de carga se ha quedado atrás. De acuerdo con el “Cuarto estudio de GEI de la OMI”, la industria del transporte marítimo representó el 2,89% de las emisiones globales; y aunque esto es más bajo que otros modos de transporte, sigue siendo un número considerable si se tiene en cuenta que entre el 80 y el 90% del comercio mundial se realiza por mar.
Además, el informe establece que las emisiones totales del transporte marítimo se midieron en 1.056 millones de toneladas métricas. Para poner esta cifra en perspectiva, la huella de carbono promedio global de un individuo en los Estados Unidos es de 16 toneladas.
Acciones a favor de la sotenibilidad
De acuerdo con SFR, si bien varias áreas comerciales de la industria podrían volverse más sostenibles, no existe una solución milagrosa para reducir las emisiones de carbono. Pero hay algunas iniciativas ecológicas que las organizaciones pueden adoptar para reducir la contaminación y beneficiar al medio ambiente, las cuales se describen a continuación.
Auditorias energéticas
Las compañías de transporte marítimo, de flete y logística primero deben realizar auditorías energéticas para sus flotas, activos e instalaciones operativas. Una auditoría energética resaltará las áreas de las operaciones de una empresa que podrían mejorar para ser más sostenibles. Ayuda a identificar áreas críticas de operación donde se puede conservar la energía y desarrollar programas sostenibles en torno a las mismas.
Una auditoría puede ayudar a los armadores y operadores de buques a determinar la viabilidad del uso de combustibles alternativos para impulsar sus flotas. Se dice que los portacontenedores más grandes de la industria queman alrededor de 66 galones de combustible por minuto mientras viajan a sus destinos. En lugar de usar combustibles fósiles, las organizaciones pueden hacer la transición a combustibles más limpios como el gas natural, el metanol o el e-amoníaco.
Actualizar tecnología los buques
Después de una auditoría energética, las empresas deberían invertir en actualizar sus flotas con las últimas tecnologías más eficientes energéticamente. Los buques del futuro serán más ecológicos, aprovecharán los equipos avanzados e incorporarán la sostenibilidad en todos los aspectos de las operaciones mientras están en ruta o detenidos en un puerto. Un ejemplo de nueva tecnología para buques es el mantenimiento predictivo.
El equipo y la tecnología de las naves pueden tener un ciclo de vida más prolongado cuando los análisis predictivos permiten a los empleados realizar las reparaciones necesarias con prontitud. Reparar versus reemplazar siempre es una opción más sostenible para las empresas con activos físicos.
Hacer los buques más ligeros
Otra forma de reducir la huella de carbono de la industria naviera es hacer que los buques sean más livianos. Los nuevos desarrollos en materiales de construcción naval permiten que los buques sean más ligeros en el agua, reduciendo las emisiones y minimizando la contaminación acústica.
Por ejemplo, un material compuesto como el plástico reforzado con fibra (FRP) podría reemplazar al acero, reduciendo el peso de la nave y su consumo de combustible. El uso de FRP también extiende la vida útil del buque, lo que significa que las organizaciones pueden mantener la continuidad del negocio y beneficiarse de reemplazar sus activos con menos frecuencia.
Crear un transporte marítimo más limpio
Recientemente, las actitudes hacia la sostenibilidad y la crisis climática han cambiado drásticamente. Cada vez más empresas buscan adoptar prácticas comerciales ecológicas, implementar tecnologías eficientes y reducir el consumo de energía.
Hasta ahora, ha sido un desafío para la industria descarbonizarse. Con más tiempo, el sector del transporte marítimo podría volverse más ecológico y, en última instancia, crear un futuro sostenible para las próximas generaciones. Tomado: portal Mundo Marítimo